Algunas personas piensan que las niñas y los niños deben educarse de forma diferente. A las niñas se les enseña a ser calladas y modestas. A menudo se les recuerda que son futuras esposas y madres. Se les anima a cuidar su aspecto desde muy pequeñas. Junto con la psicóloga Maria Skryabina, analizamos las consecuencias de los consejos populares para las niñas.
Tiene que aprender a fregar los platos y hacer la colada: ¡es la futura anfitriona!
Es muy importante enseñar a tu hijo a ser ordenado. Así aprenden a cuidar de sí mismos y de su casa. Tanto los niños como las niñas lo necesitan. Y en el centro de esta afirmación está el estereotipo de género de que limpiar es cosa de mujeres. Y obstaculiza el desarrollo y la creación de relaciones. En primer lugar, los estereotipos de género limitan a la niña. Ella recibe una indicación de lo que debe ser. Y puede que le interesen otras áreas. Puede que de mayor sea científica o empresaria y no le interesen las tareas domésticas, y delegue la limpieza de la casa en una empresa de limpieza. Pero las actitudes de su infancia le dirán que no tiene suficiente éxito porque es una “mala ama de casa” que no sabe fregar suelos.
No corras, no te hurgues la nariz, no te encharques, ¡eres una chica! Las niñas no se comportan así.
Un comportamiento especial sólo para niñas o sólo para niños es un estereotipo. Limita a los niños y no ayuda en su educación.
No te quedes sentada en el frío, abrígate: ¡tienes un bebé que traer al mundo!
Una chica que oye esta frase a menudo puede desarrollar un sentido de hiperresponsabilidad. Si en el futuro tiene dificultades reproductivas, pensará que es culpa suya. Ha hecho algo mal, no se ha cuidado lo suficiente y ahora está pagando el precio.