El problema es que todos estamos orientados a los resultados. Empiezas a preocuparte por tu tiempo y a menudo acabas quedándote corto. Pero si te concentras en el proceso de correr, es decir, en hacerlo lo mejor posible, tienes muchas más posibilidades de conseguirlo. Sí, puede que no acabes cumpliendo tu tiempo, pero lo has intentado y has disfrutado del proceso. Y ha merecido la pena, independientemente del resultado final.
Y aprende a confiar en tu entrenador. Seguro que has elegido a una persona con experiencia que puede entender los límites de tus capacidades en ese momento. Créeme, el entrenador sabe más que nadie.